Laocoonte y sus hijos (Grecia)

 

LAOCOONTE Y SUS HIJOS

La obra se encuentra guardada en el Museo Vaticano de Roma, y probablemente sea la obra que mejor define la escultura de la etapa helenística. Alcanzada ya la perfección en el dominio de la escultura, los escultores helenísticos optan por un cambio en sus creaciones. Buscan un naturalismo idealista, en el que aparecen figuras como niños o personas mayores, pero con los cuerpos en base al ideal de belleza griego. Además, se empieza a aplicar un movimiento mucho más intenso que en etapas anteriores, cuyas esculturas eran mucho más estáticas.

Se trata de una compleja e impactante composición piramidal realizada en mármol y atribuida a los artistas Agesandros, Polidoro y Atenodoro. La obra fue realizada en el siglo I d.C. (en torno al año 50 d.C.) y presenta un realismo extremo, así como un gran virtuosismo técnico. La escena, que se libera de las limitaciones compositivas de las anteriores imágenes, ofrece gran movimiento y dramatismo expresivo, mostrando al sacerdote Laocoonte atrapado, junto con sus hijos, por dos serpientes ante los muros de su ciudad.

La obra fue descubierta en el siglo XVI y ejerció una gran influencia en conocidos artistas del Barroco, entre los que se encuentra Bernini. La obra narra una escena de la Guerra de Troya, recogida en la famosa obra literaria “La Eneida”, de Virgilio. En esta obra se cuenta que Laocoonte avisó a los troyanos y a su rey Príamo del engaño que suponía el caballo de madera construido por los griegos aqueos, y que se trataba de una mentira de Odiseo. El dios Apolo, como castigo por descubrir el engaño, envió dos serpientes marinas para matar a los hijos de Laocoonte. En la obra escultórica, podemos ver cómo Laocoonte acude a socorrer a sus hijos atacados por las serpientes marinas.

En cuanto a sus características técnicas hay que destacar que, aunque sea una escultura exenta de bulto redondo, parece estar concebida para ser vista desde un único punto de vista frontal. Como ya se ha dicho, está realizada en mármol y se observa una técnica exquisita de gran naturalismo. Las superficies están perfectamente detalladas, las anatomías perfectamente proporcionadas, y se advierten diferentes tratamientos según las texturas, como los cabellos, los pliegues de los mantos y la anatomía de los personajes.

Su composición es asimétrica, de forma piramidal como ya se ha comentado anteriormente, donde predomina una diagonal desde el pie izquierdo de Laocoonte hasta su codo derecho, lo cual contribuye a desequilibrar la imagen y dotar de mayor dramatismo a la escena. A pesar de la perfecta proporción de los cuerpos, Laocoonte parece exageradamente grande si lo comparamos con sus dos hijos. Además, la escultura crea un juego de luces que dan un alto grado de volumen a la talla. En general, la composición presenta un gran movimiento, donde predominan las diagonales y las formas curvas.

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