Lacoonte, el Greco (Manierismo y el Greco)

 LACOONTE, EL GRECO

Laocoonte” es un cuadro del Manierismo, aunque se podría clasificar dentro del Renacimiento, pero el artista y autor de esta obra, Doménikos Theotokópoulos, más conocido como “El Greco”, tenía un estilo propio, muy característico. Es un óleo sobre lienzo de 137 cm de alto y 172 cm de ancho. Fue creado ente los años 1610 y 1614, en su última etapa. Hoy en día está expuesto en la Galería Nacional de Arte de Washington, en Estados Unidos.

Aunque El Greco sea de origen cretense, en 1576 se traslada a la capital de Madrid, y desde entonces se le asocia a uno de los mayores representantes del Manierismo español.


DESCRIPCIÓN

Nada más echarle la vista encima al cuadro, observamos varias figuras alargadas y retorcidas sobre un paisaje ver con una ciudad al fondo. Pues bien, se trata del sacerdote Laocoonte y sus hijos que están siendo atacados y devorados por unas serpientes que emergieron del suelo como castigo por haber intentado evitar que entrara en su ciudad natal, Troya, aquel caballo gigante de madera. (Está basado en un mito).

 Uno de sus hijos ya yace muerto, mientras el otro está luchando desesperadamente porque la serpiente no le inyecte su veneno; Laocoonte se posiciona en el centro de la imagen también intentando sobrevivir antes aquellos reptiles furiosos y violentos. Sobre ellos se cierne un cielo gris y plomizo, que indica tormenta; al fondo del paisaje una ciudad que parece ser Toledo, muy recurrente en sus obras; hacia la que se dirige el caballo de Ulises. No es Troya, pero parece ser que tiene un tipo de conexión con esta ciudad, ya que se cree que dos troyanos, Telemón y Bruto, fundaron la ciudad de Toledo. Por último, las dos figuras que se yerguen levitando levemente, son motivo de duda durante muchísimos años sobre quiénes serían. Una de ellas está mirando la escena, y la otra, la cual tiene dos cabezas, se piensa que lejos de querer representar una figura humana, simplemente pudo ser la manera en que descargó sus emociones y sentimientos.

 

ANÁLISIS

Aspectos formales

Se trata de un óleo sobre lienzo como ya habíamos comentado antes, y tiene una composición ascendente, porque existe una línea de fuerza diagonal, que va desde los pies del Laocoonte hasta las cabezas de las figuras de la derecha. También hay una superposición de planos, que crea una clara perspectiva de fondo; en el primero, se muestran las figuras (lo más importante), algo más atrás, en el campo vemos al caballo que se dirige a la ciudad; y por último encontramos la ciudad en cuestión, de Toledo con las montañas por detrás.

Se hace un tratamiento de la luz y las sombras muy contrastado creando volúmenes muy definidos por el contraste tan drástico. Lo observamos en las nubes y la piel y los músculos de las figuras tan alargadas y estilizadas, características de El Greco. Por último, el cromatismo de la obra es muy rico por el fondo, es decir en el paisaje (los verdes del campo, los azules del cielo, y toda la gama de marrones y rojizos por la tierra y la ciudad), mientras que, en la parte primera, los colores son fríos y apagados, pues indican la muerte, por eso también tienen esa luz tan fantasmagórica, que se muestra por la tragedia de la escena.

 

Valores artísticos

Esta es una pintura de figuras de cuerpos completos en posiciones retorcidas por el ataque de las serpientes, y escorzos; intentando a toda costa vivir y salvarse, muestran sus rostros y gestos corporales, la agonía y la desesperación.

Para sorpresa, tiene una función mitológica (basado en el Mito de Laocoonte y sus hijos), y es extraño, ya que él siempre pintaba obras de carácter religioso. Además, no es exactamente fiel a lo que representa, pero tiene cierta abstracción, que se puede ver en la impresión general de la obra; su pincelada es muy suelta y ligera, pero los colores están cargados. Este dinamismo se consigue por el movimiento del que está dotado el paisaje, figuras y cielo. La luz es ficticia y la aplica él a su antojo para crear esa escena teatral, que ya augura los comienzos previos al Barroco.

 

COMENTARIO

El Greco fue un gran representante del Manierismo español que creó un estilo propio, definido y personal. Aunque por las fechas en las que se mueve, debería pertenecer al Renacimiento, casi no parece ni de la misma época; aparecen muchos anacronismos, y de hecho muchas de las innovaciones de estilo y composición de sus obras no gustaban a los que le encargaban cuadros.

Va a dejar un ejemplo importante del que van a partir sus sucesores y van a desarrollar ampliamente en el Barroco. Simplemente el objetivo de esta obra fue una representación mitológica, que si quiera llego a terminar por su muerte.

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