La virgen del Canciller Rolin (Pintores flamencos)

 

LA VIRGEN DEL CANCILLER ROLIN, JAN VAN EYCK

“La Virgen del Canciller Rolin, también llamada la Virgen de Autun porque se encontraba antiguamente en la Catedral de Autun, y como el Canciller era de esta ciudad, se cree que la encargó para donarla. Se trata de una obra de Jan van Eyck, de estilo flamenco, por ello sigue siendo óleo sobre tabla, en vez de sobre lienzo, ya que todavía no utilizaban este soporte. Tiene unas medidas de 66 x 62 cm y se trata de un retrato con donante, que encargó el Canciller Nicolás Rolin después de ser nombrado como tal por el Duque de Borgoña; data de los años 1434 – 1435, poco después de que Van Eyck pintara el “Matrimonio Arnolfini”. Hoy en día se encuentra expuesto en el Museo de Louvre, en París, Francia.”



 

DESCRIPCIÓN

Podemos observar de izquierda a derecha la figura del canciller arrodillado, en posición orante, sobre un reclinatorio azul de terciopelo. Tiene un libro abierto, el cual se trata de un Breviario y está mirando a la Virgen de frente, con un carácter desafiante, más que de concentración, y una postura totalmente erguida que indica arrogancia y prepotencia por representarse al mismo nivel que la Virgen, con el mismo tamaño (normalmente son más pequeñas las figuras que aparecen a su lado). Por tanto, vemos a la Virgen sentada con el Niño Jesús desnudo sobre su regazo (esta imagen hace referencia a la tradición del trono, en la que la Virgen es el asiento de Dios). El Niño bendice con la mano derecha, mientras que con la izquierda sujeta un crucifijo dorado con orfebrería bien trabajada, en concreto el rubí que hace referencia a la sangre. Por detrás de la Virgen hay un ángel, este sí más pequeño, coronándola.

Toda esta situación se desarrolla en lo que parece la loggia de un castillo en el que, a través de columnas unidas por arcos de medio punto peraltados y rematadas con escenas del Antiguo Testamento en los capiteles, podemos ver un magnífico y detallado paisaje de una ciudad, de la cual se cree que es una mezcla de las ciudades de Brujas, Génova, Lyon, Maastricht, Utrecht; el artista viajó por todas ellas y creó una única e ideal a partir del recuerdo de cada una de ellas.


ANÁLISIS

Aspectos formales

La técnica utilizada es óleo con barniz, por ello consigue esos brillos y mediante veladuras, le permite corregir algún error y perfeccionar la obra, gracias a que es de secado lento. Por otro lado, se trata de una composición cerrada por la espalda tanto del canciller como la de la Virgen y el ángel; y simétrica en cuanto a las columnas y el paisaje, aunque claramente ocupa un hueco mayor el lado de las figuras no terrenales. Hablando de la perspectiva de fondo y la profundidad, la cual se consigue por superposición de fondos: desde lejos el horizonte, el cual se desvanece, luego la ciudad con el río, un poco más adelante la especie de muro del castillo, y por último en primer plano, la habitación con las figuras. Todas estas escenas se desarrollan y se componen en torno a un punto de fuga; se sitúa en el medio del cuadro y es notorio en la continuación de las columnas y las losas del suelo.

A parte el sentido de la obra es meramente decorativo y estético, ya que el canciller lo quiso donar a la catedral de su ciudad (Autun).

El cromatismo y el tratamiento de luces y volúmenes de la obra destacan sobre todo en las telas, y los rostros, en los que predominan el rojo (la vestimenta de la Virgen, el canciller y las alas del ángel), el azul (el reclinatorio, el ángel) y el resto de la obra se desarrolla en una gama cromática similar de beige y color carne. Los pliegues de las telas, las faces y la ciudad y arquitectura que los envuelve está tratada con un detallismo excelente y se trata de pinceladas muy minuciosas y trazos delicados.


Valores artísticos

Se trata de un retrato de cuerpo entero del canciller Nicolás Rolin, junto con la Virgen y el Niño; y aunque pareciera que tiene una función religiosa o como propaganda de la fe, es más una función económica y político-social ya que por aquel entonces estaban viviendo una etapa de esplendor económico y el Canciller era un gran representante de la

Corte de Borgoña y del crecimiento de la nueva burguesía (símbolo de poder).

Por otro lado, representa de una manera muy fidedigna a los personajes, gozan de un gran naturalismo, sus ropajes, la ciudad, aunque no existiera como tal, y el interior. Pese a que es una representación muy fiel, es muy estática, porque las figuras no tienen ningún tipo de movimiento, están sentadas, rígidas.

Por último, concluir con el detallismo tan rico y magnífico del que pertenecen las obras de este autor, pues ayuda a expresar fielmente el poder burgués y la importancia del Canciller en aquella época. Fue un gran escándalo el que se atreviese a compararse de tal manera a la Virgen, ya que hasta entonces siempre se habían considerado inferiores.

 

COMENTARIO

Jan van Eyck representó en esta obra al canciller engrandecido y de igual a igual frente a la Virgen a modo de monumento, y como hito de lo que se había convertido teniendo en cuenta que venía de la baja sociedad, y logró ocupar un puesto semejante en funciones al del Duque; fue una de las figuras más importantes en la Corte de Borgoña. Siente la necesidad de representar la nueva burguesía poderosa del momento.

Este cuadro es de los más memorables de Van Eyck junto con el del “Matrimonio Arnolfini”, y es un claro ejemplo de la pintura flamenca porque cumple fielmente todas sus características, además por aquel entonces causó un gran impacto y revuelo, ya que provenían del arte gótico, en el que el culto a la religión y las figuras divinas era incuestionable; y era la primera vez que se interpretaba una figura con la misma importancia que la de la Virgen o Jesús. Esto denotaba arrogancia y narcisismo, y dejaba claro que se podía desafiar a una autoridad tal como la de una divinidad.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cristo atado a la columna (Barroco español)

El Soplón, el Greco (El Manierismo y el Greco)

El festín de Herodes (Quattrocento)