El jardín de las delicias (Pintores flamencos)
EL JARDÍN DE LAS DELICIAS,
Vida del
El Bosco:
El nombre real de este gran artista era Jheronimus van Aken. Formó parte de una familia de pintores que trabajaron durante seis generaciones, aunque aún existen varias incógnitas sobre su biografía, como por ejemplo su lugar o año de nacimiento, porque, aunque éste último se sitúe hacia el 1450, no es posible fijarlo con seguridad. La referencia más antigua que se conserva de él data del 5 de abril de 1474, cuando asistió como testigo a favor de su hermana Katharina junto con su padre y sus hermanos en la venta de la hipoteca de una casa en el pueblo de Geffen. También se sabe que El Bosco, al igual que sus abuelos y sus padres fue miembro de la cofradía de Nuestra Señora.
Aunque
no se sabe con exactitud qué día murió, lo que sí aparece en las cuentas de la
cofradía de los años 1516-1517, es que el 9 de agosto de 1516 se celebró en su
capilla de la iglesia de San Juan una misa de réquiem por “Jeronimus van Aken
pintor”. El que estuvieran presentes los sepultureros fortalece la teoría de
que la misa era su funeral, además de que el tesorero lo incluyó en la relación
anual sobre los fallecidos en 1516, por lo que tuvo que morir pocos días antes.
No se sabe dónde se le enterró, pero es probable que fuera en el patio de la
iglesia, al que se accedía directamente por el transepto norte.
El
artista gozó de reconocimiento inmediato y tuvo importantes seguidores. Lo
mencionan prácticamente todos los tratadistas de arte de los siglos XVI y XVII.
En nuestro país la primera persona que colecciona su obra y la interpreta es
Felipe de Guevara, el cual era integrante del cortejo flamenco de Carlos V.
Éste define el arte de El Bosco como un instructivo mundo de quimeras y
fantasías. Más tarde Felipe II atesorará sus tablas, como se constata en las
colecciones del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y del Museo del Prado.
Tríptico del Jardín de las delicias:
Esta
obra, mundialmente conocida es, sin duda alguna, la creación más compleja y
enigmática del Bosco. Para Falkenburg, el tema general de la obra es el destino
de la humanidad. Para aproximarse al significado de la obra, hay que
identificar lo que se representa en cada tabla. En el tríptico cerrado
reprodujo en grisalla el tercer día de la Creación del mundo, apareciendo
arriba a la izquierda Dios Padre como Creador, según indican dos inscripciones
en latín (una en cada tabla): “Él mismo lo dijo y todo fue hecho; Él mismo lo
ordenó y todo fue creado”.
En
el tríptico abierto, El Bosco incluyó tres escenas que tienen como único
elemento en común el pecado, el cual se inicia en el Paraíso del panel
izquierdo con Adán y Eva, y recibe su castigo en el Infierno del panel derecho.
En el centro se muestra un Paraíso engañoso a los sentidos, un falso paraíso en
cierto modo, cual está entregado por completo al pecado de la lujuria.
En el panel central, se ha representado un
amplio número de personas desnudas, excepto una pareja en el ángulo inferior
derecho. A esta pareja se le suele identificar con Adán y Eva tras su expulsión
del Paraíso. Las personas aparecen generalmente agrupadas o por parejas,
manteniendo relaciones con una fuerte carga erótica alusiva al tema central de
la tabla, el pecado de la lujuria. Los animales presentan unas dimensiones
superiores a las habituales, y de todos ellos se ha hecho mucho hincapié en los
dos búhos, que evocan la maldad, dirigiendo sus miradas al espectador a uno y
otro extremo de la tabla. También hay mas plantas o frutas de lo habitual.
Frente a la aparente confusión dominante en el primer plano, en el plano medio
y en el del fondo impera la geometría.
En
el panel de la derecha se representa el Infierno, a veces denominado Infierno
musical, debido a la importancia que tienen los instrumentos a la hora de
torturar a los pecadores que se dejaron llevar por la música profana. En el
Infierno se castigan todos los Pecados Capitales.
Aunque
el tríptico no está firmado, nunca se ha dudado sobre su atribución al Bosco,
al contrario que con la fecha de su realización, una cuestión que nunca ha
encontrado la unanimidad. Ahora, tras confirmarse que la obra debió ejecutarse
en la década de 1490, se corrobora que quien se la encargó al Bosco fue
Engelbrecht, que debió destinarla al palacio de Coudenberg.
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